El arquitecto y diseñador industrial estadounidense George Nelson, considerado junto a Charles Eames padre del estilo internacional americano, fue el creador de numerosos iconos del mueble de la época Pop.
En esta ocasión nos centramos en el Daybed (“cama de día” en inglés), un sofá cama diseñado en 1949 para amueblar la casa que tenía en Long Island para pasar los fines de semana.
Este cómodo, elegante, versátil, práctico, ligero y sencillo asiento, a medio camino entre un sofá y una tumbona, puede considerarse como un “todo en uno“: un mueble multifuncional, que por un lado sirve de sofá, por otro de chaise longue de día (al retirársele uno de los respaldos tapizados) y por último como cama de invitados provisional (al retirársele los dos respaldos).
El sofá DayBed está formado por una estructura plana de madera maciza de arce o fresno, unas curiosas y modernas patas cromadas que le dan un aspecto “flotante” a esta obra y un acolchado de espuma de poliuretano tapizado desenfundable en algodón o poliéster en distintos colores.
La belleza de esta pieza está en su simplicidad, ya que es uno de los sofás más cómodos de convertir en cama que se hayan diseñado nunca. La versión más conocida no dispone de brazos, aunque existe una versión con un brazo en uno de los lados.
La pieza original la distribuye en Europa la firma Vitra.
En esta ocasión nos centramos en el Daybed (“cama de día” en inglés), un sofá cama diseñado en 1949 para amueblar la casa que tenía en Long Island para pasar los fines de semana.
Este cómodo, elegante, versátil, práctico, ligero y sencillo asiento, a medio camino entre un sofá y una tumbona, puede considerarse como un “todo en uno“: un mueble multifuncional, que por un lado sirve de sofá, por otro de chaise longue de día (al retirársele uno de los respaldos tapizados) y por último como cama de invitados provisional (al retirársele los dos respaldos).
El sofá DayBed está formado por una estructura plana de madera maciza de arce o fresno, unas curiosas y modernas patas cromadas que le dan un aspecto “flotante” a esta obra y un acolchado de espuma de poliuretano tapizado desenfundable en algodón o poliéster en distintos colores.
La belleza de esta pieza está en su simplicidad, ya que es uno de los sofás más cómodos de convertir en cama que se hayan diseñado nunca. La versión más conocida no dispone de brazos, aunque existe una versión con un brazo en uno de los lados.
La pieza original la distribuye en Europa la firma Vitra.
Para más información visiten: Vitra
Vía: Decofilia
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