Teniendo en cuenta el tejido urbano de la ciudad, el proyecto es la renovación de una típica casa adosada de Bruselas. Originalmente habitada por una sola familia, la casa parecía demasiado grande y difícil de cuidar luego que los niños crecieron y se fueron. El dueño de la casa entonces decidió vender los dos últimos pisos a un amigo, para que él los conviertiera en su propio apartamento. El proyecto arquitectónico consiste en la renovación y giro de la casa unifamiliar existente a un edificio de dos pisos separados. Los arquitectos Edouard François Brunet y François Martens se unieron con el fin de completar este proyecto relativamente pequeño pero ambicioso.
Este ajuste permitió actualizar la sala de estar: acceso directo a la terraza, más luz natural que llega más lejos en el piso, cocina nueva con una vista abierta de los jardines y patios traseros, el cielo y el horizonte de Bruselas. Además de proporciona un área privada al aire libre, la nueva terraza construida en el volumen existente de la casa da una nueva fachada que mira hacia el sur, dejando que la luz natural entre a la cocina durante una gran parte del día.
El nuevo estilo de espacio en voladizo es a propósito y visiblemente contemporáneo, así como ordenado, para distinguirlo de la edificación existente: la ciudad se convierte en la expresión de diversos períodos, como un palimpsesto. Esta intervención franca ha sido posible gracias a que la fachada posterior existente no era patrimonio cultural y su relativo mal estado. Los reglamentos de construcción se tuvieron en cuenta en el diseño del proyecto: se evitaron vistas directas sobre las casas vecinas, se respetaron las distancias y las alineaciones, etc.)
Con el fin de subrayar la sensación de espacio, las paredes de la planta superior fueron derribadas; el nuevo entrepiso fue suspendido, para permitir que el volumen global del ático sea visto. Cada pulgada de espacio se maximiza, como en proyectos japoneses u holandeses que el nuevo propietario presenta como referencias a los arquitectos. Todas las funciones necesarias para el nuevo piso se organizan en una sola pieza de mobiliario creado a través de los pisos y las habitaciones.
La cocina, la escalera, los baños y la ducha se juntan para componer esta pieza de mobiliario, que circula entre los pisos y las habitaciones, lo que permite la fluidez y aliviar así la pequeña superficie. Madera de abedul, de color pálido, fue elegida para hacer esta pieza de mobiliario y crear un ambiente cálido en todo el apartamento. En comparación, la parte inferior de la casa tuvo obra menor que consistió en madera, hierro y acondicionamiento. Para hacer los pisos independientes, una nueva escalera suspendida fue diseñada junto con el artesano que la fabricó. El baño también fue totalmente rediseñado. La combinación de bambú y hierro da a esta parte de la casa un ambiente único.
Este proyecto es la primera colaboración entre los dos arquitectos. Es el mejor ejemplo de su gran atención a los detalles, así como su constante búsqueda de soluciones inteligentes, independientemente de cualquier preconcepto aún dentro de los presupuestos limitados. Su objetivo es crear espacios que ofrecen luz, vistas y materiales nobles.
Este proyecto es la primera colaboración entre los dos arquitectos. Es el mejor ejemplo de su gran atención a los detalles, así como su constante búsqueda de soluciones inteligentes, independientemente de cualquier preconcepto aún dentro de los presupuestos limitados. Su objetivo es crear espacios que ofrecen luz, vistas y materiales nobles.
Para más información visiten: Edouard Brunet, François Martens
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