Si hay un proyecto que tiene que salvar grandes restricciones en cuanto a la normativa, ese es el chiringuito. El estudio de Piedra Papel Tijera ha conjugado ingenio, color y materiales en el Chiringuito Mokai, en plena playa de la Barceloneta, para hacernos sentir bien en uno de los espacios de obligada peregrinación durante el verano.
Ingenio y juegos estivales. El estudio de Piedra Papel Tijera ha logrado un concepto playero, animado y de estética cuidada, sin dejar de cumplir con toda la legalidad que impone la administración en este tipo de proyectos, que no es poca, y una distribución que viene marcada de base.
“Conseguimos darle una vuelta y comenzamos a jugar”. Y lo han hecho valiéndose de colores alegres y una composición global que nos transmite relax.
Los detalles lo son todo en un espacio así, como los remos de colores inspirados en los artistas canadienses Norquay, que decoran la caseta color granate. Cuerdas naturales pintadas de colores envuelven los pilares metálicos y el mobiliario es básicamente de mimbre. Llaman la atención, suspendidos en el techo, unos grandes peces realizados manualmente, también en mimbre.
Las mesas de madera se adaptan a los usos tan dispares de un espacio tan transitado y heterogéneo como es una playa pública: parejas, familias, grupos de amigos… Incluso las macetas se han personalizado con figuras étnicas dando a las palmeras playeras un poco de vida e identidad.
Por último, y muy importante, ¡las cortinas de yute!, que aportan sombra y acogen el espacio. Vamos, todo un ejercicio de imaginación en una construcción tan pequeña pero imprescindible para pasar un buen verano en la playa.
Por último, y muy importante, ¡las cortinas de yute!, que aportan sombra y acogen el espacio. Vamos, todo un ejercicio de imaginación en una construcción tan pequeña pero imprescindible para pasar un buen verano en la playa.
Para más información visiten: Piedra Papel Tijera
Vía: diarioDESIGN
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