Creo que a estas alturas ya sabe lo importante que es descansar bien. Hay que dormir como mínimo ocho horas y hay que hacerlo en buenas condiciones. Eso significa que no solo hay que pedirle comodidad al colchón. La almohada es igual de importante o más, ya que sobre ella descansará nuestra cabeza, la que a veces no podemos mover de un lado a otro por problemas de cervicales.
Si lleva bastante tiempo con la misma almohada y no sabes si ha llegado el momento de cambiarla, le recomiendo echar un vistazo a los siguientes consejos. Le servirán para saber cuándo ha llegado el momento de comprar una nueva, pero también le ayudarán a sacarle el máximo provecho a la que está utilizando ahora mismo.
Lo sabrás porque…
Si su almohada es de plumas, tendrá que cambiarla por otra cuando haya perdido su esponjosidad. Es la mejor forma de saber en qué estado de su vida útil se encuentra.
El relleno, evidentemente, juega un papel decisivo. Es el que le da forma a la almohada, y el que es capaz de adaptarse a la cabeza y el cuello. Con el paso del tiempo se suele desgastar considerablemente, adoptando una forma poco natural y distribuyéndose de forma irregular por dentro de la funda. Si le pasa eso a su almohada, no se lo piense dos veces. Cámbiela.
Cambie la funda de la almohada una vez por semana. De esta forma evitará que los ácaros se adueñen de ella. Además, si su pelo suele desprender aceite le recomiendo comprar una funda nueva cada seis o cada doce meses. Con lavarla no siempre es suficiente.
No lave la almohada sin una funda que la proteja. Si no tiene eso en cuenta, puede dañar el relleno y hacer que se desgaste más rápido de lo normal.
No lave la almohada sin una funda que la proteja. Si no tiene eso en cuenta, puede dañar el relleno y hacer que se desgaste más rápido de lo normal.
Cambie su almohada de inmediato si ve que le provoca alergias o irritaciones. No suele ser lo más normal, pero es probable que por algún motivo no pueda convivir con ella todas las noches. Consúltelo con el médico y salga de dudas.
Este último punto es probablemente el más importante de todos. Para saber si una almohada sigue cumpliendo con su función, intente doblarla por la mitad. Si cuando lo hace ve que no aguanta mucho tiempo y vuelve a su posición inicial, es una clara señal de que debería pedir una nueva. También lo es que la almohada sea incapaz de volver a su posición. Lo ideal, en estos casos, es que la almohada se mantenga doblada durante unos segundos, y que sea capaz de estirarse lentamente.
Este último punto es probablemente el más importante de todos. Para saber si una almohada sigue cumpliendo con su función, intente doblarla por la mitad. Si cuando lo hace ve que no aguanta mucho tiempo y vuelve a su posición inicial, es una clara señal de que debería pedir una nueva. También lo es que la almohada sea incapaz de volver a su posición. Lo ideal, en estos casos, es que la almohada se mantenga doblada durante unos segundos, y que sea capaz de estirarse lentamente.
Vía: Decorablog
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