Escalones de madera blanca aparecen al final de un corredor interno, conduciendo a un nuevo espacio hermético. A lo largo de la escalera se encuentran espacios de almacenamiento y un área de "exposición" para sus patinetas favoritas.
El nuevo techo expone la estructura de vigas de madera existente. Se agregaron tres nuevas claraboyas para permitir el ingreso de luz natural y liberar las vistas hacia el cielo, por donde pasan los aviones que aterrizan en el aeropuerto de Lisboa. Como el cliente es asistente de vuelo, estas nuevas aperturas le permiten -de alguna manera- controlar su horario de trabajo.
El cliente ha solicitado específicamente que todas las superficies debían ser blancas. Esto le entregó a los arquitectos la oportunidad única de insertar un toque de color verde/menta en los azulejos del baño. El baño también funciona como corredor, conteniendo en sus extremidades los armarios de sus dos habitantes.
Para más información visiten: Diogo Passarinho, Duarte Caldas
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