La nueva tienda de Castañer en Barcelona huele a verano. Ideada y hecha realidad en tan solo tres meses por el estudio de Benedetta Tagliabue, el pequeño local respira un aire urbano, mediterráneo, veraniego y cosmopolita a la vez. Al igual que las alpargatas Castañer, que desde la tradición más profunda del campo catalán han sabido llegar a las más exclusivas pasarelas de moda de todo el mundo.
La recién inaugurada flagship store está situada en el corazón comercial de Barcelona. Es un espacio de 100 m2 con planta en forma de tubo, y su aspecto es casi de tienda pop-up. De hecho, se ha diseñado de forma provisional y podrá cambiarse en un futuro próximo.
En el interior, el mobiliario es blanco y sencillo: una ligera estructura de metal con baldas de DM pintado funciona como expositor. El parquet de madera envejecida salpicado de un pavimento de baldosines en tonos anaranjados nos remite a la vez a lo natural y a lo urbano. Y más en concreto, nos refiere a iconos de la ciudad de Barcelona: a las baldosas hexagonales de Gaudí en el cercano Paseo de Gracia, y también al revestimiento pixelado de tejado del Mercat de Santa Caterina -obra también de Tagliabue. Los colores amarillo y naranja son los propios de la marca, de clara referencia al sol y la arena.
En el exterior, algunos de los azulejos del pavimento interior toman relieve y se suben por la pared de la fachada para formar el rótulo del establecimiento. Unas macetas con flores de temporada avisan al paseante de que algo fresco puede encontrarse dentro del nuevo local.
Sobre el blanco de las paredes y los muebles de exposición, la colección de zapatillas y complementos de vibrantes colores destaca aún más si cabe. Un pequeño escaparate donde se presentan a modo escenográfico las materias primas para la elaboración de las espardenyes, y un mural con fotos en blanco y negro de estrellas de la edad dorada de Hollywood vestidas con alpargatas, son las únicas concesiones decorativas del interior. El mobiliario de asiento sigue el lenguaje de los expositores, y se complementa con un antiguo y coquetón sofá tapizado.
Las alpargatas -espardenyes en catalán, espadrilles en francés e inglés- son ya un must para todos los urbanitas que quieran llevar el aire del verano al asfalto. La sofisticación y el glamour que ha conseguido este calzado, antiguamente utilizado por los campesinos, lo ha situado en las principales pasarelas del mundo. Es un calzado fresco, colorista, veraniego, económico, cálido y muy versátil. Y si es Castañer, es además muy chic: un trocito del mediterráneo viene ‘empaquetado’ en cada uno de los diseños de la marca catalana.
La tienda de Castañer en Barcelona fue presentada en sociedad la pasada semana, con la presencia de la propia Cristina Castañer, así como de Benedetta Tagliabue y un numerosos invitados VIP de la sociedad catalana.
Para más información visiten: Castañer, Benedetta Tagliabue
Vía: diarioDESIGN
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