A medio camino entre lo que es una cocina integrada en el salón y otra totalmente separada de él, hay opciones intermedias que tienen las ventajas de la cocina americana y al mismo tiempo mantienen en parte la privacidad de cada uno de los diferentes ambientes. En la cocina abierta con vistas al salón de las imágenes de este artículo tenemos un buen ejemplo.
Se trata de uno de los últimos proyectos llevados a cabo por Clysa. Es una transformación total de lo que anteriormente había sido una planta garaje y vivienda y que ahora se convierte en una vivienda de dos plantas. En la planta inferior es donde se desarrolla el día a día del hogar y en ella encontramos el recibidor, la cocina, el salón, un baño de cortesía, el lavadero y el garaje.
La planta baja se comunica con la superior a través de una luminosa escalera en madera de cerezo, desde la escalera ya se puede apreciar la vista del salón comedor. Allí podemos ver los dos materiales protagonistas de esta reforma, la madera y la pizarra, fusionados a la perfección y marcando el estilo natural y original de la vivienda.
La piedra natural está presente en todos los pavimentos y reviste también una de las paredes principales del comedor. La casa cuenta además con un gran número de muebles clásicos y de diseño, algunos de los cuales podemos ver en la zona de estar como la mesa Malmon de Pedrali, las lámparas Cirio de Antoni Arola para Santa & Cole, la cesta de Miquel Milá, elementos que logran un perfecto equilibrio y aportan gran actualidad y naturalidad al conjunto.
La cocina es muy espaciosa y está abierta al salón comedor mediante una franja horizontal complementando así la planta inferior y favoreciendo la libre circulación de la luz natural. Los materiales protagonistas siguen siendo la madera y la pizarra que aquí contrastan con el blanco Zeus Extreme de Silestone en la encimera. El mobiliario de la cocina es de Santos, es el modelo Marina en madera de arce color coñac. Los electrodomésticos son de la marca Miele y junto a ellos destacan, también en la cocina, dos cubetas integradas y la grifería de la firma Blanco.
La separación entre el salón comedor y la cocina no es completa, pero sí suficiente como para aprovechar una pared extra en almacenaje. Tampoco es completa la conexión entre ambientes que se hace solo a través de una pequeña franja abierta, pero llega para que fluya la comunicación y la luz entre ambas zonas. Una solución práctica para aprovechar al máximo el espacio y al mismo tiempo mantener continuidad en toda la planta.
Vía: Decoesfera
No hay comentarios:
Publicar un comentario