sábado, 11 de febrero de 2012

Grifería para reducir el consumo de agua


Cuando planteas una reducción de gastos en tu hogar, normalmente, es necesario cambiar determinados hábitos o incluso realizar pequeños “sacrificios” por parte de toda la familia. Sin embargo, hay productos y accesorios que permiten recortar gastos sin necesidad de modificar las costumbres. Un ejemplo son las griferías que facilitan el ahorro de agua y los complementos existentes en el mercado para alcanzar dicho objetivo.



Para comenzar, haremos un repaso por los tipos de grifería de bajo consumo de agua.

Grifos monomando

Son los más habituales en uso doméstico, aunque tienen ciertos inconvenientes: se suelen abrir hasta el tope con lo que casi siempre suministran el máximo caudal sin que sea necesario y además, la maneta de accionamiento suele estar colocada en una posición central con lo que normalmente provoca una mezcla de agua caliente con agua fría sin que sea necesaria. Para subsanar algunos de estos inconvenientes, existen diferentes variantes dentro de la categoría de grifos monomando: 
1. Con apertura en dos fases. Incorporan un mecanismo de apertura con un tope intermedio que proporciona un caudal suficiente para los usos habituales. Si se desea disponer de un caudal más elevado es necesario ejercer una ligera presión ascendente para llevar la maneta hasta el tope. Permite reducir el consumo en más de un 50%.
2. Con regulador de caudal. Disponen de un mecanismo regulable para limitar internamente el paso de agua, pero al mismo tiempo, salva las restricciones existentes en la fabricación de grifería, que exige caudales mínimos 12 y 20 litros por minuto.
3. Con apertura en frío. Cuando la maneta está en posición central, el grifo aporta solamente agua fría. Para obtener agua caliente es necesario desplazar la maneta hacia la izquierda. Así, se eliminan gran parte de las demandas inútiles de agua caliente.
Grifos termostáticos

Disponen de un selector que permite escoger la temperatura deseada para el agua. Están compuestos de materiales termosensibles que se contraen o expanden en función de la graducación seleccionada. Entre sus ventajas destaca que, al eliminar la fase de ajuste de temperatura, permite ahorrar entre un 6 y un 16% en cada ducha respecto a los grifos monomandos convencionales. Y al mismo tiempo, pueden alcanzar un nivel de ahorro de entre un 7 y un 17% de energía por ducha, al desperdiciar menos agua caliente.
Grifos temporizados

Dejan salir el agua durante un tiempo determinado al accionar un pulsador. Su uso se aplica principalmente a lugares de uso público y en ese contexto, elimina los casos en los que existe el riesgo de que el grifo permanezca abierto sin aprovechamiento. Sin embargo, tienen una serie de inconvenientes: no permite la regulación del caudal, no aprovecha las prácticas de ahorro de personas conscientes, cuando la regulación del temporizado excede el tiempo normal de uso del grifo se derrocha agua ante la imposibilidad de cerrar el grifo manualmente. También existen grifos temporizados con cierre voluntario, aunque no son muy conocidos.
Grifos electrónicos

La apertura del agua se activa sólo cuando se colocan las manos bajo el grifo, cortándose el flujo cuando se retiran. Sus principales inconvenientes: requieren suministro eléctrico o la incorporación de pilas eléctricas para su instalación y tienen un precio elevado.
Adaptaciones para grifería ya existentes
También existen soluciones económicas para reducir el consumo de agua de grifería existente como aireadores, perlizadores y limitadores de caudal. El consumo habitual en grifería tradicional es de 15 litros/min, si se utilizan mecanismos reductores o aireadores se puede reducir el consumo a unos 4-8 litros/min.
Limitadores de caudal. Reducen la sección de paso del agua mediante estrangulamiento o incorporación de filtros. Pueden limitar el consumo de agua en grifos de 15 litros/min a 8 litros/min y en duchas de 20 litros/min a 10 litros/min. Los mismos dispositivos son utilizables tanto en duchas como en griferías y se pueden aplicar en latiguillo flexible cuando no son adaptables los perlizadores de bajo consumo. Sin embargo, pueden presentar problemas porque no tienen respuesta dinámica a la presión, pueden dar un chorro de baja calidad y también son sensibles a sufrir obturaciones si el agua de red arrastra impurezas o no dispone de filtro de entrada.

Aireadores o perlizadores. Se trata de dispositivos que se enroscan en el grifo y rompen el chorro de agua, mezclándolo con aire. Así consiguen un aumento del volumen del chorro y de la superficie de contacto con el agua. Permiten un ahorro del 40% de agua en los grifos tradicionales, su valor puede oscilar entre los 16 y los 20 euros, y la mayoría están diseñados para evitar la acumulación de cal. Uno de los inconvenientes más notables es que no se pueden adaptar en todos los casos y que algunos, los de mayor reducción de caudal, necesitan grandes presiones para aportar un chorro de agua de calidad.
Válvulas reguladoras de caudal. Funcionan igual que los limitadores de caudal pero con respuesta dinámica a la presión a través de dispositivos móviles que estrechan más o menos el paso del agua dependiendo de la presión de red en cada instante.

Dispositivos anti-fugas. Se trata de electroválvulas cuya función es cortar el paso en caso de producirse una depresión, evitando así inundaciones en caso de roturas de manguito en lavadoras, lavavajillas, etc.
Limitadores de recorrido. También llamados discos eficientes o ecodiscos. Se trata de discos dentados que limitan el recorrido de la palanca con el objetivo de reducir el caudal máximo.

Vía: Fotocasa 

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