Y que conste que no ha sido a base de hacer el edificio más alto, sino justo lo contrario: dividir un dúplex en cuatro alturas. ¿Cómo ha hecho esto? Pues el truco está en que el segundo piso antes medía más de ocho metros de altura. De modo que el proyecto de Peter Kostelov ha consistido en transformar la capacidad cúbica del apartamento aprovechando unas medidas tan poco habituales para una casa.
El resultado es espectacular. Para empezar ha convertido un dúplex en un triplex. Y luego ha dividido parcialmente la segunda planta en dos pisos. De modo que estamos ante un apartamento de tres plantas oficiales pero con hasta cuatro alturas en algunas partes de la casa.
Con esta operación, además, el apartamento, situado en el ático de un rascacielos, ha ganado 90 metros cuadrados de superficie, pasando de 258 m2 a 348.
La primera planta, donde está la cocina, el comedor y un aseo secundario, es la que ha sufrido menos modificaciones. Con una altura original de tres metros y una superficie de casi 69 m2, no hacía falta alterar sus proporciones.
Esta planta bastante diáfana presenta al visitante el look general de la casa: formas y dibujos geométricos en suelos, paredes y escaleras.
La segunda planta es la que ha sido radicalmente modificada. Aquí están el salón, el bar, la biblioteca y las tres habitaciones de los hijos del dueño del apartamento.
Inicialmente este piso tenía diferentes alturas. Una zona con 3 metros, otra con unos 4,5 metros y una tercera con hasta 8 metros de diferencia del suelo al techo.
La zona donde había una altura de tres metros no ha sufrido cambios. Mientras que la parte donde había ocho metros ha sido dividida en dos: una inferior, que mide 4,5 metros de altura y se queda en la segunda planta; y otra superior, que mide 3 metros y conforma la tercera planta (la diferencia hasta ocho metros es el grosor del suelo de esta tercera planta).
La zona donde había 4,5 metros de altura es donde están la biblioteca y las tres habitaciones de los hijos.
La altura de la biblioteca se ha respetado, pero puesto que 4,5 metros lo permiten, Kostelov ha dividido las habitaciones de los hijos en otras dos alturas. Una estancia inferior donde están los escritorios, armarios y estanterías, y una zona superior a modo de altillo para las camas.
Con este último recurso la segunda planta gana 35 m2 extra, lo que le permite al arquitecto cumplir con el deseo del propietario de que cada miembro de la familia cuente con un amplio espacio privado.
En la tercera planta que ahora ha surgido están el dormitorio y baño principal y un estudio. Esta nueva planta supone 54 m2 nuevos de superficie habitable.
La zona del dormitorio y el estudio también tiene una distribución bastante diáfana. Una estantería y un hueco acristalado situados en el medio separan la cama del despacho.
En cuanto al mobiliario, todo, excepto las camas y los sofás, ha sido diseñado a propósito para este apartamento.
La madera y el metal son los elementos estrella. Este último se ha utilizado sobre todo en mesas, taburetes, estanterías y lámparas.
Para más información visiten: Peter Kostelov
Vía: diario DESIGN
El resultado es espectacular. Para empezar ha convertido un dúplex en un triplex. Y luego ha dividido parcialmente la segunda planta en dos pisos. De modo que estamos ante un apartamento de tres plantas oficiales pero con hasta cuatro alturas en algunas partes de la casa.
Con esta operación, además, el apartamento, situado en el ático de un rascacielos, ha ganado 90 metros cuadrados de superficie, pasando de 258 m2 a 348.
La primera planta, donde está la cocina, el comedor y un aseo secundario, es la que ha sufrido menos modificaciones. Con una altura original de tres metros y una superficie de casi 69 m2, no hacía falta alterar sus proporciones.
Esta planta bastante diáfana presenta al visitante el look general de la casa: formas y dibujos geométricos en suelos, paredes y escaleras.
La segunda planta es la que ha sido radicalmente modificada. Aquí están el salón, el bar, la biblioteca y las tres habitaciones de los hijos del dueño del apartamento.
Inicialmente este piso tenía diferentes alturas. Una zona con 3 metros, otra con unos 4,5 metros y una tercera con hasta 8 metros de diferencia del suelo al techo.
La zona donde había una altura de tres metros no ha sufrido cambios. Mientras que la parte donde había ocho metros ha sido dividida en dos: una inferior, que mide 4,5 metros de altura y se queda en la segunda planta; y otra superior, que mide 3 metros y conforma la tercera planta (la diferencia hasta ocho metros es el grosor del suelo de esta tercera planta).
La zona donde había 4,5 metros de altura es donde están la biblioteca y las tres habitaciones de los hijos.
La altura de la biblioteca se ha respetado, pero puesto que 4,5 metros lo permiten, Kostelov ha dividido las habitaciones de los hijos en otras dos alturas. Una estancia inferior donde están los escritorios, armarios y estanterías, y una zona superior a modo de altillo para las camas.
Con este último recurso la segunda planta gana 35 m2 extra, lo que le permite al arquitecto cumplir con el deseo del propietario de que cada miembro de la familia cuente con un amplio espacio privado.
En la tercera planta que ahora ha surgido están el dormitorio y baño principal y un estudio. Esta nueva planta supone 54 m2 nuevos de superficie habitable.
La zona del dormitorio y el estudio también tiene una distribución bastante diáfana. Una estantería y un hueco acristalado situados en el medio separan la cama del despacho.
En cuanto al mobiliario, todo, excepto las camas y los sofás, ha sido diseñado a propósito para este apartamento.
La madera y el metal son los elementos estrella. Este último se ha utilizado sobre todo en mesas, taburetes, estanterías y lámparas.
Para más información visiten: Peter Kostelov
Vía: diario DESIGN
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