jueves, 1 de diciembre de 2016

Descuélguese y tómese un respiro en Hammock.

Coloridas hamacas y plantas colgadas del techo hacen de este restaurante de comida vegana y zumos naturales un espacio donde sin duda apetece parar a tomar algo. Un oasis en pleno Ensanche barcelonés que, bautizado por sus autores –Egue y Seta– como ‘Hammock, veganos colgados’, ofrece un divertido rincón donde relajarse y desconectar de la gran ciudad.
“Estar súper estresado y balancearse al mismo tiempo en una hamaca es altamente incompatible. Inténtelo y lo comprobará.” afirman los autores de este proyecto, que han apostado por una atmósfera lúdica, llena de plantas, colores y referencias a favor del medio ambiente y la alimentación sana, tan de moda en la cultura hipster más actual. Un espacio donde “abandonar los postureos y disfrutar”.
Dos patios llenos de coloridas hamacas unipersonales –modelo Relax Vulcano de Hamacas Colgantes– separados por una gradería a dos alturas en microcemento imitando hormigón bajo una cortina vegetal, ordenan el espacio. Frente a ellos se han dispuesto originales tumbonas circulares de pared hechas en hierro negro y bicis dobles, enfrentadas y separadas por una mesa. Y es que, como afirman desde Egue y Seta, “en Hammock sentarse ‘a secas’ no va; se trata de tumbarse, subirse, acurrucarse, mecerse o pedalear, entre fibras y tintes naturales, materiales honestos y acabados rústicos”. Además, los 360º de giro de la hamaca permiten a los clientes charlar entre si.
Aunque situado en el interior, el espacio parece reproducir con sus acabados la calle, a través de paramentos verticales en ladrillo original recuperado y pavimento de microcemento imitando hormigón. Texturas contrapuestas, que combinan la áspera rugosidad del ladrillo con el brillo del hierro desnudo o la transparencia del cristal; y frescura y calidez a partes iguales, aportadas por los cementos pulidos, el porcelánico gris imitación pizarra de la pared trasera, los textiles y la madera del carro refrigerado hecho a medida con una fuerte estética vintage.
“Elementos como el aire acondicionado o la calefacción, los edulcorantes, los conservantes o todo lo producido en serie, está reñido con la ‘filosofía’ de sus dueños” explican los diseñadores. “Si vemos lámparas, mobiliario y elementos decorativo de tipo industrial, es porque probablemente sean estos elementos los que encontraríamos amueblando un establecimiento auténtico, añejo, en el mercado del pueblo o de producción local” añaden.

Para más información visiten: Egue & SetaHamacas Colgantes.com
Vía: diarioDESIGN





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