lunes, 14 de marzo de 2016

Dos casas en una, por Gaztelu Jerez Arquitectos

Explican los autores de este proyecto –Enrique Jerez Abajo y Koldo Fdz. Gaztelu– que “a pesar de su modestia, proyectar una casa para un cliente con nombres y apellidos es, seguramente, el reto más exigente y fascinante al que un arquitecto puede enfrentarse”.

En este caso, el reto para Gaztelu Jerez Arquitectos fue la construcción de dos viviendas pareadas para dos hermanos, sin que esta condición significara proyectar dos edificaciones “gemelas”, lo cual hubiera sido la solución más sencilla. Éste fue el primer objetivo del proyecto, el segundo fue el desarrollo de una arquitectura contemporánea vinculada a lo vernáculo y que cumpliera la estricta (los arquitectos la consideran “excesiva”) normativa de los municipios rurales.
Por último, los encargados de construir ambas casas fueron los propios hermanos, propietarios de una pequeña empresa local, de modo que “algunas de las soluciones adoptadas resultaron tanto nuevas como estimulantes”.
Desde el principio, el proyecto se convirtió en un recorrido de cinco años, las casas se trataron como si fuera una sola, sin que exteriormente se apreciara dónde empieza una y dónde acaba la otra. Exteriormente, un zócalo de hormigón y piedra natural de la zona sirve de apoyo a un volumen con el techo a dos aguas, que remite al símbolo tradicional de casa. El volumen elevado se ha revestido con piedra caliza, lisa y blanca que proviene de las canteras del propio pueblo.
La planta baja se conecta con el exterior a través de huecos, generalmente amplios, que van de suelo a techo y están protegidos por porches, mientras que “el volumen superior es vaciado de manera más puntual”. De esta manera, “la rugosa materialidad de la planta baja se combina con huecos más abstractos, así como con pequeñas cubiertas planas, mientras que la mayor asepsia material de la pieza superior se trata con huecos más pequeños y una sencilla cubierta a dos aguas de teja cerámica”.
Las estancias de la planta baja están enfocadas hacia diferentes puntos del jardín a través de varios elementos, que se desvinculan de las soluciones adoptadas en la planta superior y se convierten en porches a medio camino entre el interior y el exterior.
Las dos plantas superiores miran hacia las lejanas llanuras de la Ribera del Duero. En la última planta, una de las viviendas se vacía en una terraza abierta hacia el sur.
En el interior, “unas escaleras de madera, junto con pasarelas y espacios a doble altura sobre la sala de estar y el comedor, vinculan las distintas plantas, fomentando la riqueza espacial y la unidad del conjunto.”

Para más información visiten: Gaztelu Jerez Arquitectos 










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