domingo, 15 de noviembre de 2015

Sudeste en Alicante. Diseño y calidez siempre funcionan

Nunca falla. La suma de estos dos conceptos es prácticamente la fórmula mágica para que un espacio levante interés hoy en día. El restaurante Sudeste, en Alicante, es la enésima prueba. El Estudio Arze y los propietarios del local – The New Food Generation, “un grupo joven con buenas ideas y ganas de hacer las cosas bien”, describen los diseñadores – ha juntado fuerzas a la hora de aplicar la fórmula para que la gente entre al local y repita.




Puede que este objetivo resulte obvio pero realmente les supuso un reto porque el restaurante está situado en una céntrica calle de esta ciudad al sudeste de la península, lo cual es bueno por la cantidad de personas que pasan por delante, pero también plantea un problema: “¿Cómo hacer para que la gente se detenga, mire, y tenga ganas de entrar?”, se preguntó el estudio, formado por arquitectos e interioristas.


La geometría del local, con una planta muy alargada, parecía en principio otro punto débil, pero finalmente resultó una oportunidad al ocurrírseles alargar el restaurante hasta la calle con una especie de terraza interior, cosa de la que carecen la competencia.

Un pequeño espacio abierto y de transición entre la calle y el interior del restaurante, gracias a una entrada retranqueada respecto a la fachada y realizada con un sistema de cuarterones de lado a lado del local, lo que permite una gran entrada de luz natural.

Otro reclamo sería el punto de iluminación interior que significa el cubo transparente donde está situada la cocina – a la vista, obviamente y donde fusionan cocina mexicana y española. El volumen ejerce de espacio de transición entre la zona de la barra y las mesitas altas y la zona de mesas interiores.

El resto es una fórmula matemática. Los materiales se adivinan desde la fachada:hierro, madera natural, microcemento y paredes texturizadas. Por cierto, el suelo, de microcemento oscuro, es continuo en todo el restaurante, para enlazar visualmente las distintas estancias y potenciar la idea rústico-industrial que se ha perseguido.

La fórmula también pasa por combinar diferentes estilos en el mobiliario. Por ejemplo, en el tipo de sillas. Las hay desde metálicas e industriales hasta otras procedentes de colegios cercanos.

Gran parte del mobiliario, entre ellos la barra y la mesa principal de tres metros de longitud reservada para grupos, ha sido diseñado por ARZE, utilizando maderas recicladas, una parte de las cuales, por cierto, procedían del local preexistente.

La iluminación, por su parte, combina elementos singulares con otros más convencionales. Y aparte de la luminaria puntual sobre cada mesa del comedor, destaca la lámpara hecha a partir de tuberías, “la cual genera una geometría particular en este espacio”, opina el estudio.

Para más información visiten: Estudio Arze

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