jueves, 29 de enero de 2015

Mix retrofuturista en la capital eslovaca: viajamos al hotel Vander Urbani Resort.

El hotel Vander Urbani Resort, situado en el casco antiguo de Ljubljana (Eslovenia) sorprende por su inusual interiorismo, más propio de una estación espacial. Dibuja un escenario retrofuturista en el que los tonos grises, las superficies metálicas y el cristal son ominpresentes. Un proyecto sugerente, con mucha historia que contar.

Amanda y Aleksander Vujadinovic renunciaron a sus antiguos puestos de trabajo para dedicarse por completo a su nuevo papel como anfitriones, ¡en lo que fue su antiguo hogar! Ellos descubrieron este viejo edificio de la calle Krojaska, en pleno centro de la capital eslovaca, Ljubljana, hace muchos años, curiosamente durante su primera cita. Aquí es dónde ellos establecieron su hogar más adelante y, finalmente, transformaron el edificio en su propio hotel. Y para decorarlo, querían ofrecer a sus invitados una experiencia completamente nueva.
Poco a poco, compraron pisos de las otras plantas, así como de tres casas vecinas, y en 2012, tras ocho años de planificación, finalmente abrieron el Vander Urbani Resort, equipado con 16 habitaciones y dos suites. Por lo tanto, indirecta y discretamente, este hotel narra en realidad la historia de la vida de la pareja propietaria.
El establecimiento, de marcado aire futurista, está diseñado totalmente en tonos púrpura, grises y metálicos. En contraposición, los baños son un oasis natural, para el que se han utilizado griferías en blanco-cromo de la colección PuraVida de Hansgrohe.
Detrás de su fachada burguesa, las cuatro residencias históricas se han fusionado mediante arcos de hormigón visto de color gris, superficies de espejo y cálidos tonos morados. Al entrar en el vestíbulo, y también el restaurante adyacente, uno se sumerge en su estética contemporánea. La combinación de colores y materiales aparentemente dispersos continúan a lo largo de los pisos superiores. Todo ello en interacción con textiles mullidos, tapicerías en capitoné y muebles de formas suaves y ergonómicas, muchos de ellos firmados por la española Patricia Urquiola.
Detrás del proyecto se encuentra el estudio de arquitectura Sadar + Vuga, quienes ya habían llamado la atención con su nuevo edificio para el Centro Cultural de las Tecnologías Espaciales Europeas (KSEVT), situado en la ciudad eslovena de Vitanje. Este centro fue el primer tipo específico de arquitectura inspirado en una estación espacial, según lo descrito por Herman Potočnik Noordung, pionero austro-húngaro de la astronáutica del siglo XX, en su libro El problema de los viajes espaciales.
El concepto de diseño se traslada a las habitaciones y suites, de diseño individual, que, con nombres como Río o Zen, transmiten un ambiente de confort y máximo relax: a veces con sillones de aspecto futurista de Urquiola, a veces con armarios de espejos, pero siempre en combinación con la tapicería de la pared, gris, moqueta púrpura y detalles metálicos.
Los cuartos de baño están separados de los dormitorios mediante un acristalamiento que se extiende por toda la habitación y la refleja ampliamente, de modo que la capacidad de la sala aumenta en varios niveles. El espacio de los baños está dominado por la piedra natural gris en suelos y paredes, lavabos de madera y accesorios en tonos blancos.

Para equiparlos se eligió la gama de griferías PuraVida de Hansgrohe, totalmente acorde con el diseño futurista del hotel. Diseñada por Phoenix Design (Stuttgart / Tokio), resulta un diseño sensual y emotivo, que incluye mezcladores para lavabos, bañeras y bidé, duchas laterales y accesorios.
La terraza de la azotea,cubierta con paneles de madera, incorpora una pequeña piscina y un bar. Ofrece una maravillosa panorámica sobre el casco antiguo y, al igual que el restaurante de la planta baja, está abierta tanto a los huéspedes como a los residentes de la ciudad.

Vía: diarioDESIGN






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