martes, 21 de octubre de 2014

Vivienda unifamiliar en Manhattan

De vez en cuando añadir un poco de sofisticación y glamour en nuestras vidas no viene mal y, precisamente, esa es la idea que me ha venido a la cabeza al descubrir esta hermosa vivienda unifamiliar en Manhattan.
En sus orígenes, era una casa dividida en tres apartamentos que, tras la reforma aplicada por el arquitecto David Hottenroth, quedó convertida en una sola. De la decoración interior se encargó Elizabeth Bauer y fue Miranda Brooks la responsable del diseño del magnífico jardín que posee la propiedad. Salta a la vista, en este caso, que la unión hace la fuerza, pues el resultado final de la rehabilitación no podía haber sido más exitoso.
La casa reúne todos los detalles necesarios que la convierten en, más que habitable, deseable, no solo por los suelos de madera, los techos altos, grandes ventanales, diferentes salas de estar, amplios y luminosos dormitorios cada uno con su correspondiente chimenea, y espléndidos cuartos de baño. La elección del azul pastel para uno de ellos, por ejemplo, ha sido muy acertada, ya que aporta frescura y genera un ambiente relajado tan deseado a la hora de disfrutar de esa bañera tan tentadora.
Asimismo, el empleo de tonos suaves en los dormitorios o el resto de espacios comunes unifica ambientes y aumenta la luminosidad y la sensación de paz y tranquilidad que se respira en toda la vivienda.
La casa dispone, además, de un jardín privado que es todo un lujoso privilegio para los propietarios, al tiempo que se convierte en una opción extra como lugar de encuentro y reunión con la familia y los amigos.
La cocina ha sido alicatada con azulejos blancos al 
estilo “estación de metro”. Haber escogido el color blanco para su decoración ha sido todo un acierto al que se le suma las pinceladas de color verde intenso de algunos complementos decorativos.
La convivencia del mobiliario clásico con otros elementos contempóraneos, más vanguardistas, sobre todo, en lo que se refiere a piezas de arte, genera un ambiente muy elegante y sofisticado, pero, no por ello, excesivamente retro; más bien, cálido, confortable y muy personal, donde da la impresión de que cada pieza ha sido diseñada o escogida específicamente para ocupar el lugar donde ha sido colocada.

Para más información visiten: Elizabeth Bauer DesignHottenroth + Joseph Architects 
Vía: Dintelo











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