lunes, 14 de octubre de 2013

Gasodomésticos, electrodomésticos más eficientes

En más de una ocasión hemos dicho que ahorrar es cuestión de hábitos, sin embargo, igual de importante supone la apuesta por aparatos eficientes que nos ayuden a consumir menos y a cuidar más el medio ambiente. Es justo aquí donde entran en juego los gasodomésticos, una generación de electrodomésticos que funcionan mediante gas, reduciendo el impacto ambiental y el de las facturas en nuestro bolsillo.

Así, a las tradicionales cocinas de gas, ahora se les suman lavadoras, lavavajillas, secadoras, frigoríficos, congeladores, hornos y hasta vitrocerámicas. Sí, sí, vitrocerámicas. Siga leyendo y descubra cómo es esta nueva generación de electrodomésticos eficientes.
¿En qué consisten? Ventajas e inconvenientes
Los gasodomésticos son aparatos destinados al uso doméstico, muy fáciles de instalar y cómodos de usar, que pueden llegar a ahorrarnos hasta un 60% del consumo energético respecto a los electrodomésticos convencionales.

Este ahorro viene dado por el uso de gas como fuente de energía, en sustitución de la electricidad, mucho más cara y menos respetuosa con el medio ambiente.
Si bien los gasodomésticos resultan mucho más eficientes, una de sus principales desventajas es que su precio es más elevado que el de los electrodomésticos tradicionales. Sin embargo, a largo plazo, suponen una inversión rentable debido a su menor consumo energético.


Otro de los posibles inconvenientes de este tipo de aparatos es que su instalación requiere de una toma de gas cercana al equipo, lo que supone, en muchos casos, la realización de pequeñas obras por parte del instalador oficial.

Los gasodomésticos más comunes
Uno de los gasodomésticos más habituales son las lavadoras bitérmicas, que vienen con una entrada para agua fría y otra para agua caliente, lo que evita tener que calentar el agua. Así, el agua cliente viene directamente de la caldera de gas, lo que ayuda a acortar el tiempo de lavado y, por lo tanto, a ahorrar entre un 25% o un 30% de energía. Los lavavajillas, igual que las lavadoras, utilizan el agua caliente del calentador, lo que ayuda a ahorrar tiempo de lavado y hasta un 35% de energía. Las secadoras, por su parte, son uno de los aparatos que más eficientes, ya que, con prestaciones similares a las eléctricas, reducen el ciclo de secado en un 60%.
Los hornos de gas tienen la ventaja de que no resecan la comida al utilizar el vapor de agua procedente de la combustión del gas, consiguiendo que los alimentos no pierdan sus propiedades nutricionales. Las vitrocerámicas, en cambio, suponen un gran avance en cuanto al ahorro, ya que resultan más rápidas y precisas a la hora de regular el calor, suponiendo un ahorro de hasta el 50% de energía. Además, disponen de dos zonas de cocción, una activa y otra pasiva, que permiten aprovechar el calor residual.

Además, el poder calorífico del gas también se usa en frigoríficos y congeladores.
Instalación, mantenimiento y seguridad
La sencilla instalación de los gasodomésticos requiere, como es lógico, que haya una toma de gas cercana al aparato, lo que, en muchas ocasiones, supone la realización de pequeñas obras por parte del instalador autorizado.

Una vez tengamos la toma, los equipos se conectan mediante tubos metálicos flexibles, resistentes al calor, que, a diferencia de los tradicionales de goma, no  caducan. Estos poseen una válvula de seguridad que permite
cerrar el paso del gas en caso de desconexión, haciendo de los gasodomésticos aparatos totalmente seguros.
De todas formas, y con tal de asegurarnos un correcto mantenimiento y funcionamiento de los equipos, debemos conservar siempre abiertas las rejillas de ventilación del recinto en el que se encuentre el aparato. Además, como con el resto de electrodomésticos, hemos de comprobar que quedan apagados mientras no estén en uso. Como siempre, las revisiones y reparaciones deberán llevarse a cabo por un técnico especialista autorizado.

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