lunes, 6 de mayo de 2013

Sandra Tarruella actualiza el concepto de tahona tradicional en los locales de L’Obrador.

La cadena de panaderías L’Obrador demuestra en sus locales que tradición artesana y vanguardia estética no están para nada reñidas. Su última apertura, en Sabadell, recoge las premisas de sus predecesores bajo la batuta del estudio Sandra Tarruella interioristas. Ellos firman unos locales que permiten seguir la pista al proceso de elaboración de esos panes y degustarlos en un cálido y confortable entorno que actualiza el concepto de tahona.

Los locales de esta cadena diseñados por Tarruella mantienen lazos en común, ya que en ellos se busca la conexión visual entre todos los espacios para que el cliente pueda seguir el proceso artesanal de elaboración del pan.
En concreto, la zona de tienda presenta un mostrador de cemento que surge del pavimento. Este es el elemento principal del espacio, junto con las cestas giratorias que lo comunican con el obrador.
En el caso del local de Sabadell, en particular, el obrador se muestra desde la calle, y adquiere el mismo protagonismo que el punto de venta.
Por primera vez, la zona de degustación se amplía y aparece con un patio en el exterior visible desde el acceso que invita a disfrutar del espacio. En este caso el obrador repite las características de los materiales, como el cemento, la madera de roble, el hierro
También en L’Obrador de Sabadell aparece una nueva pared de pino cortada con sierra, de aspecto enharinado, como los techos. Esta solución enfatiza la importancia de los espacios claros.
La tienda se conecta con la zona de degustación mediante una zona de paso y diferentes niveles y alturas de techos.
Aprovechando la preexistencia de un altillo de hormigón, este se aprovecha para el almacenamiento de sacos de harina, mostrando así la calidad de los productos empleados en la elaboración de un pan artesano, amasado con masa madre y harinas locales que reposa largas horas antes de cocerlo como se ha hecho toda la vida.
En el local L’Obrador de Sarrià, también obra del estudio de Tarruella e inaugurado un poco antes que el de Sabadell, destaca la solución visual aportada para seguir el proceso de elaboración en el taller: un doble espacio en la entrada conecta visualmente con el obrador situado en la planta primera a través de un gran ventanal. Las vistas se han acentuado con un juego de espejos suspendidos, a modo de tramoya de teatro, que potencian la gran altura.
Para más información visiten: Sandra Tarruella Interioristas, L’Obrador







No hay comentarios:

Publicar un comentario