martes, 14 de mayo de 2013

Ikebana

El Ikebana es el arte floral japonés. Proviene de una antigua tradición que tenían los budistas chinos de hacer ofrendas florales a Buda. Fue durante el s. VI en el que los misioneros chinos que se fueron a Japón dieron a conocer este arte. A partir de entonces y hasta el s. XV el Ikebana mantuvo su condición de ofrenda divina, llegó un momento en el que perdió sus connotaciones religiosas.
Pero hasta ese momento el ikebana dio muchas vueltas. En un principio dicho acto consistía en una sencilla ofrenda floral (incluso a veces sólo se ofrendaban sólo los pétalos, como por ejemplo en la India). No fue hasta el s.X, durante el cual en Japón se empezó a embellecer un poco dicha ofrenda, y se incluyeron elementos como recipientes y demás.



El Ikebana se basa en la armonía de una simple construcción lineal y la inclusión de flores o elementos que nos puede ofrecer la propia naturaleza.

A lo largo de los siglos, han habido multitud de escuelas de Ikebana, todas ellas con sus características y sus manías.

La primera escuela fue la de Ono no Imoko, conocida como Ikebono, creada a principios del s. VII. Su creador fue un japonés que tuvo la oportunidad de ir tres veces a la corte de la China Imperial. Cuando se retiró, se convirtió en el guardián del monasterio budista Rokkaku-do, situado a las afueras de Kyoto y allí se convirtió en abad. Pasó a llamarse Semmu y se hospedó en una pequeña casa llamada ike-bo-no (casa del lago). De ahí vino el nombre de la escuela. De sus viajes a China aprendió el arte de las ofrendas florales, cosa que aprovechó para perfeccionar en su retiro y establecer unas primeras normas.
Pero a partir de él, surgieron cantidad de escuelas que tienen su propias características, simbologías y demás detalles.

Los materiales que se usan para la construcción son flores, hojas, cereales, hierbas, ramas, semillas, frutas, vegetales etc...Dichos materiales podían ser vivos, secos o artificiales. En un principio se prefería el uso de materiales del lugar, aunque dicha condición con el tiempo se fue perdiendo (propiciada en cierto modo por la apertura al mundo que protagonizó Japón a finales del s. XIX).

Otro aspecto importante dentro del ikebana es el diseño. Las partes más importantes del diseño son el color, la forma, la textura y la línea. El color y la forma vienen dadas por la propia naturaleza del elemento escogido, aunque con la creación de las escuelas modernas, dicha naturaleza podía modificarse. La textura venía determinada por la superficie de los materiales usados y la línea era expresada por la ramas que tenía dicha composición. Todos estos detalles eran imprescindible para hacer una buena obra de ikebana.
Estilos de ikebana
En un principio era una creación de siete ramas, cada una de las cuales representan una parte del Monte Meru (perteneciente a la cosmología budista). También se podía dividir entre una parte de luz y otra de sombra (algo que en China se conocía como Ying y Yang). Con el tiempo las estructuras se modificaron, pasando a ser de nueve o incluso once ramas.
Se trata de un perfeccionamiento del estilo Rikka llevado a cabo por el maestro Senjo Ikenobo. Sus construcciones son de tres ramas y mayoritariamente con forma triangular. Representan el cielo, el hombre y la tierra, que son las tres partes en las que dividen el universo. Dicho estilo se caracteriza por el orden, presentando los elementos de sus composiciones de una manera natural, tal y como se manifiestan cuando están en libertad. Las composiciones eran mucho más sencillas que las del estilo Rikka.
Teniendo como patrón a seguir una estructura triangular y una armonía cromática, el resto de la composición queda en manos de la espontaneidad del creador. Una de las formas típicas del Nageire es la que está compuesta por una rama larga y a partir de ella unas flores situadas en la base.
Proviene del estilo Rikka, se usó para denominar a las lujosas creaciones que tuvieron cierta fama durante el s. XVII. Actualmente se las llama así a las creaciones con un estilo más independiente.
Usado por el creador de la escuela Ohara, Ohara Unshin, el estilo Moribana rompe con las características de los estilos más antiguos, desmarcándose del resto al usar flores que eran importadas y la estructura triangular clásica, pero dándole un plano tridimensional. En las creaciones del estilo Moribana se hace una división en cuatro cuartos, cada uno de ellos representa una estación del año y decorado con las flores que pertoca a dicha estación.
Zen´ei ikebana. Estilo caracterizado por la libertad que se le da a la hora de crear las composiciones, dejando de lado las normas impuestas por las escuelas antiguas. En sus composiciones, rompían con todo lo establecido, usando elementos nuevos, como el plástico o el cristal, tomando patrones hasta ese día nunca establecidos y en definitiva, dejando rienda suelta a su imaginación, sin limitar en ningún aspecto.
Evolución del Ikebana
Fue a partir del siglo XV cuando, como ya he dicho, el Ikebana llega a la categoría de arte, prescindiendo completamente de su precedente religioso. A partir de ese momento, si no lo había hecho antes, tomaba un cariz mucho más filosófico que antes. Una de las características que se pueden comprobar a lo largo de los siglos con el Ikebana es que se han ido creando escuelas que simplificaban, cuando no repudiaban, los estatutos del estilo rikka. El Shoka simplifica las a su predecesor, pero es que el Moribana y el Zen´ei ikebana rompen totalmente con el Rikka. La incorporación de la mujer también es un dato a destacar. No fue hasta el s. XIX que la mujer empezó a practicar el ikebana, aunque el predominio de los hombres es notable todavía. Hasta entonces, dicho arte era exclusivo de nobles, sacerdotes o guerreros en detrimento del resto de la población. Actualmente en Japón hay de 2000 a 3000 escuelas, a pesar de que entre algunas de ellas no hay apenas diferencias. Los estilos más modernos son los que gozan de más éxito frente a los antiguos.

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