jueves, 11 de abril de 2013

Usos y aplicaciones del barniz ignífugo

El uso de barniz ignífugo proporciona a la madera mayor resistencia contra el fuego y retrasa su propagación y efectos en caso de incendio.

Los barnices ignífugos ofrecen un acabado similar al de los barnices comunes, pero, al estar fabricados con resinas que no arden, proporcionan a las superficies mayor resistencia al fuego. De ahí que su empleo se haya extendido tanto en los últimos años. En este artículo se describe la ayuda que representa el barniz ignífugo para ralentizar la propagación y el efecto de los incendios, las características de este producto y su aplicación y cómo se relaciona con la normativa contra la acción del fuego.
El barniz ignífugo, ayuda contra incendios
El uso de barnices ignífugos se ha extendido en los últimos tiempos como medida de prevención y protección ante incendios. Estos productos ofrecen un acabado similar al de cualquier barniz, con la ventaja de estar fabricados con resinas que no arden. De esta manera, presentan una mayor resistencia al fuego y ralentizan su propagación y sus efectos. Es decir, ofrecen una protección pasiva ante este eventual peligro, aunque no impiden que la madera se queme.
Los barnices ignífugos se pueden aplicar tanto sobre muebles como en otras partes de la casa: puertas, ventanas, suelos, vigas, etc. Además, es frecuente que tengan propiedades anticorrosivas, por lo que son eficaces frente al desgaste que produce el paso del tiempo o la acción de otros agentes externos, aparte del propio fuego. Por eso, estas sustancias se utilizan no solo sobre madera (el más combustible de los materiales usados para el mobiliario o las estructuras de una edificación), sino también sobre superficies metálicas, como acero y hierro.
Aplicación y características del barniz ignífugo
En general, la aplicación del barniz ignífugo se realiza de la misma forma que un barniz común. Hay que limpiar bien la madera, para lograr que esté libre de polvo, grasa o restos de otros productos. Conviene también lijar la superficie, hasta que quede lo más lisa posible. La calidad necesaria para el acabado depende, además, del objeto del que se trate (no es lo mismo una mesa o una silla que las vigas que sostienen el techo, las cuales pueden ser mucho más rústicas).
Con respecto al método de aplicación, a menudo los fabricantes indican cuál es el que mejor se ajusta a cada producto: si el rodillo, la brocha o la pistola. Si no lo indica, se puede elegir el más idóneo según las características de la superficie que se pintará: para espacios pequeños, rincones, etc., conviene el pincel, mientras que para sitios mayores y lisos, el rodillo es lo más recomendable.
El número de capas que se aplicará varía conforme a la mayor o menor protección que se busca para la superficie, aunque también del acabado que se desee dar y otros factores, como el grado de absorción de la madera. De todas maneras, dos manos de barniz se considera una cantidad mínima para garantizar un buen resultado. Estas manos, por su parte, no deben ser muy espesas, y se debe dar el tiempo necesario, con el fin de que cada una seque bien antes de aplicar la posterior. En general, dejar pasar un día es una buena medida.
Lo habitual es que los barnices ignífugos, al igual que los comunes, sean transparentes, aunque también se pueden encontrar en el mercado productos de este tipo con tonos variados, mates o brillantes, para obtener diversos resultados decorativos. Son duraderos y resisten bien el paso del tiempo, los golpes e incluso la humedad.
Barnices ignífugos y la normativa contra incendios
Los barnices ignífugos contribuyen con las normativas establecidas en el Código Técnico de la Edificación, que regula las condiciones de protección contra incendios en los edificios e incorpora la norma UNE 23727, titulada "Ensayos de reacción al fuego de los materiales de construcción. Clasificación de los materiales utilizados en la construcción".
Este código procura que, una vez declarado un incendio, se reúnan las condiciones necesarias para proteger a quienes se encuentren en el interior del edificio, prevenir daños en inmuebles o establecimientos próximos y facilitar la intervención de los equipos de rescate "teniendo en cuenta su seguridad".
Si se desea adquirir un barniz de estas características, es posible comprobar si el producto cumple con los requisitos para ser calificado como ignífugo por medio de su etiqueta: allí debe aparecer la información acerca de si se ajusta a la norma UNE 23727.

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