El fuego como sistema de calefacción es casi tan antiguo como la existencia del hombre. El uso del fuego y su control ayudó a la evolución de la especie y palió los duros inviernos de nuestros progenitores.
Historiadamente la leña ha sido el método mas tradicional de calefacción, aunque su utilización a cielo abierto siempre restó eficacia y poder calorífico.
Con la llegada de los hogares cerrados, primero en barro y piedra y más tarde en fundición se comenzó a aprovechar la verdadera potencia calorífica de la leña.
Actualmente si enumeramos las ventajas del uso de leña como calefacción es mezclar elementos físicos con sentimientos y decoración.