lunes, 16 de enero de 2012

Combinar colores en la decoración del salón


Si solo se tiene en cuenta el color de las paredes, el aspecto general puede resultar demasiado uniforme.

Al elegir un determinado color para las paredes, se deben tener en cuenta los distintos efectos que el tono escogido puede generar en combinación con la luminosidad de la estancia. Los colores de los objetos y muebles, así como el uso que se le dará a ese espacio, constituyen factores fundamentales para que la mezcla de colores resultante sea la más apropiada.



Decidir qué colores utilizar para pintar una estancia y cómo combinarlos puede ser una tarea muy grata y que se lleve a buen puerto con solo tener en cuenta algunos consejos sencillos. Para ello, es fundamental conocer el uso que se dará a la sala y considerar tanto su tamaño como su disponibilidad de luz natural, con el fin de acentuar o compensar las características lumínicas.

La norma general indica que para una casa o habitación pequeña o con poca luz se recomiendan colores claros, mientras que en una estancia amplia y luminosa se pueden incluir colores más oscuros o vibrantes. A continuación, se destacan algunos detalles específicos.

Claves para elegir el color

No mezclar demasiados colores. Es preferible elegir dos o tres colores y distribuirlos en diferentes proporciones. El color principal sería el que ocupe una mayor superficie, como las paredes, mientras que el menos importante se apreciaría solo en pequeños detalles, como los cojines o un tapete. Un tono intermedio puede destinarse a los marcos y las ventanas.

Optar por un solo color y agregarle una o dos variaciones de tonalidades. Esta es una alternativa más segura, que permite hacer juegos de color y dar luminosidad a las paredes, puertas, ventanas y el techo, sin correr el riesgo de que el efecto resulte muy cargado.

Elegir los complementos del cuarto después de decidir el color de las paredes, suelo y tapizados. Cuando el mobiliario y los objetos decorativos ya estén dispuestos, es recomendable, en cambio, considerarlos como punto de partida para incluirlos en la nueva decoración.

Usar los tonos más suaves para paredes y superficies grandes y los más intensos para los detalles. Esta proporción es clásica para garantizar un equilibrio visual en el ambiente.

Consejos y trucos

Pintar los muebles en combinación con las paredes. Se puede buscar una combinación de colores con altos contrastes, que aporten volumen y profundidad al espacio. Se puede optar por un ambiente marino con todos los muebles blancos y las paredes en un tono azul.

Elegir siempre cortinas de colores claros si se desea mantener la luminosidad del ambiente y considerarlas en la combinación del conjunto. Si se eligen con un estampado o color muy destacado, será preferible incluirlas en ambientes con colores más neutros y pocas texturas.

Para evitar la monotonía, se puede dividir la pared en dos secciones y pintarla de tonalidades o colores distintos. Una opción consiste en dividir ambas partes con alguna banda decorativa unicolor o estampada.

Animarse con los colores

En los últimos años, el blanco ha dejado de ser el tono más buscado para dar paso a todas las variedades de ocre y hasta una amplia paleta cromática. Una decoración más conservadora priorizará los tonos suaves o neutros, mientras que un decorador más audaz puede incluir combinaciones con colores fuertes y altos contrastes. Es necesario recordar que los colores y su distribución en el ambiente retratan la personalidad de quienes viven allí, a la vez que influyen en sus emociones y bienestar general.

Vía:Eroski Consumer

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