sábado, 19 de noviembre de 2011

Square Nine hotel-boutique de Isay Weinfeld. Lujo brasileño en el corazón de Belgrado.

Que Sao Paulo y Belgrado parecen polos opuestos es algo fácil de pensar. Sin embargo, el creador de experiencias y prestigioso arquitecto brasileño Isay Weinfeld ha construido un puente entre las dos ciudades. Se llama Square Nine Hotel y es un auténtico placer para todos los sentidos. Situado en el centro histórico de Belgrado, entre el barrio estudiantil, el museo Etnográfico, el Teatro Nacional y la antigua fortificación romana Kalemegdan, el hotel impregna de lujo la renovación urbana de la capital de Serbia.




Nine Square Hotel, el primer cinco estrellas con encanto abierto en la ciudad después de dos décadas de proyecciones de grandes cadenas hoteleras, luce una arquitectura contemporánea, muy moderna, pero que no entra en conflicto con los añejos edificios colindantes. Isay Weinfeld se ha cuidado de mantener el espíritu y la identidad de Belgrado siguiendo el ritmo del resto de los edificios, con unas dimensiones y una paleta de colores moderadas, para un resultado exquisito. Todo está pensado hasta el mínimo detalle.
El edificio, de fachada pulcramente simple, se levanta hasta una altura de cinco pisos. En cada una de ellas se distribuyen las 45 sofisticadas y cálidas habitaciones, divididas en tres categorías doble (32 m2), doble superior (47 m2) y suites (90 m2). Cada una de las estancias del hotel cuenta con algunas piezas eclusivas.

En la planta baja encontramos amplias zonas comunes como un lobby bar de aire vintage decorado con mesas de café y globos terráqueos donde se sirven snacks durante todas las horas del día, un restaurante en el que degustar moderna cocina europea y platos tradicionales y un salón de estar. En el último piso, un pequeño bar hace las delicias de los amantes de las panorámicas, ofreciendo vistas impresionantes del parque estudiantil y del skyline de la ciudad.

La atmósfera de todos los espacios interiores es elegante y acogedora gracias a los materiales utilizados, como cuero, piedra, espejos dorados, revestimientos madera claroscuros y suelos de parquet. Y, por supuesto, a la elección del mobiliario, formado por una cuidada selección de piezas clásicas de diseñadores escandinavos y norteamericanos fabricadas entre las décadas de 1930 y 1960. Un conjunto que contribuye al estilo elegante, discreto y a la vez sin pretensiones del hotel-boutique Nine Square.

En el sótano se halla un delicioso spa con piscina, ambientado con una tenue luz natural que invita al relax y a la desconexión. Cuenta con sauna turca, cabinas de tratamientos y gimnasio. El hotel no sólo ha sido concebido para el placer. También para los negocios. Es por ello que acoge empresarios y ejecutivos, y ha habilitado para ellos una sala de reuniones equipada con la más alta tecnología.

Aquí les dejo la web del hotel: Square Nine
Vía: diario DESIGN













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