sábado, 19 de noviembre de 2011

Reformar el Baño

A la hora de decorar el cuarto de baño la disposición del lavabo, la bañera o el inodoro, no ofrece muchas posibilidades decorativas. Sin embargo, jugar con el alicatado de las paredes, en combinación con papeles o pintura, puede resultar muy efectivo y nada caro.

No se trata de reformar totalmente el cuarto de baño, simplemente se busca un cambio estético. Los sanitarios están en perfectas condiciones y no es necesario cambiarlos, pero la decoración resulta aburrida. Es el momento de “lavarle la cara”, sin invertir mucho dinero, pero consiguiendo efectos sorprendentes.




Azulejo blanco

La utilización de un sencillo azulejo blanco tiene muchas posibilidades decorativas. El resultado es una estancia luminosa y de aspecto limpio, aunque es necesario utilizarlo con gracia para que no resulte demasiado frío.

Una forma de conseguirlo es combinar el azulejo con pintura. Se trata de alicatar hasta la altura del lavabo y a partir de ahí, pintarlo de la forma que más guste. También se puede elevar el azulejo hasta unos centímetros antes del techo y pintar esta zona y el techo de un color, aunque esta modalidad puede resultar más cara, por el hecho de utilizar más cerámica.

Dibujar con azulejos

Disponiendo el azulejo en forma de rombos en unas zonas determinadas, como puede ser el frente de la bañera y rematarlo con una cenefa que bien puede ser de papel o de cerámica, es una forma más de potenciar el revestimiento del baño. De esta forma también se amplía visualmente la estancia porque las juntas de las baldosas parecen no tener fin.

Otra forma es elegir un alicatado blanco pero esmaltado y combinarlo con pintura mate. De esta forma el brillo que proporciona el esmalte contrasta con el acabado mate de la pintura. Estos detalles sirven para restar la frialdad que ofrece el color blanco y dar más calidez a la habitación.

Qué pintura y qué azulejo

Cuando se decide decorar el baño con estos elementos es necesario saber qué pintura será la mejor y qué alicatado se debe elegir. Una vez que las posibilidades se han reducido a lo más barato y conveniente, habrá que seleccionar aquello que más se ajuste a las preferencias de cada uno.

En primer lugar, hay que prescindir de la pintura plástica, sobre todo si hay un contacto directo con agua, ya que no soporta la humedad y se deteriora en poco tiempo. Por lo tanto, la mejor opción es el esmalte o el estucado.

También es cierto que ninguna pintura resiste la humedad como un azulejo. Por eso, es imprescindible revestir con ellos las zonas que están en contacto constante con agua, como la parte donde se encuentre la bañera o la ducha. Por lo menos, se trata de cubrir la zona hasta una altura de 180 cm.

En cuanto al azulejo, este puede ser de 20x20 cm. o de 10x10 cm. Las piezas más grandes es preferible reservarlas para baños con más de 6 metros cuadrados, y para aquellos que quieren dar un aspecto más rústico. Tanto unas baldosas como otras pueden jugar con distintas disposiciones.

Detalles y accesorios

El accesorio es un elemento muy importante a la hora de dar un toque especial al cuarto de baño. En especial si éste se ha decorado con azulejo blanco. Se trata de jugar con los colores para restar frialdad al blanco.

Si hay pintura en la estancia, se deben elegir a tono de ésta y combinarlos con otros detalles como pueden ser toallas, baldas o incluso el marco del espejo. Cuidar los detalles más pequeños puede hacer de una decoración simple, algo sorprendente. Nunca se deben descuidar jaboneras, vasos para cepillos u otros ornamentos. Es mejor elegirlos con decorados sencillos para introducir una nota original. Un toque floral siempre es un buen recurso para animar la habitación.

Vía: Casa Actual 

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